ATENCIÓN USUARIOS DE ARAGUA SIN MIEDO

La computadora desde donde actualizamos la página web de la organización y publicamos los anuncios de los eventos está dañada desde la mañana del domingo 12 de marzo de 2017, por lo que les informamos que haremos una pausa técnica en la actualización mientras resolvemos los inconvenientes. Gracias por su atención!!!

sábado, 28 de julio de 2012

Oscar Yanez: "No perdemos el humor"

Tal Cual

A sus 85 años, tres veces Premio Nacional de Periodismo y orgulloso de su oficio, Oscar Yanes sigue escribiendo con su máquina de escribir, pelea con el celular y no olvida detalles de la Caracas que se fue. Dice que las mujeres de hoy son más bellas que las de su tiempo, "porque salen de sus casas como para un concurso de belleza". Lo del mausoleo a Bolívar estima que es una loquetera, que gracias al humor del caraqueño se convirtió en "mausotreto", un híbrido entre mausoleo y mamotreto

ELIZABETH ARAUJO


A sus 85 años, tres veces Premio Nacional de Periodismo y orgulloso de su oficio, Oscar Yanes sigue escribiendo con su máquina de escribir, pelea con el celular y no olvida detalles de la Caracas que se fue. Dice que las mujeres de hoy son más bellas que las de su tiempo, "porque salen de sus casas como para un concurso de belleza". Lo del mausoleo a Bolívar estima que es una loquetera, que gracias al humor del caraqueño se convirtió en "mausotreto", un híbrido entre mausoleo y mamotreto

–Por fin ¿en qué quedamos? ¿Le decimos Guaraira Repano como rebautizó Juan Barreto a nuestro pulmón vegetal o le seguimos llamando El Ávila, como le pusieron los españoles?
–Yo lo llamo El Avila y creo que debe seguir llamándose así. El Avila es El Avila. Tú te imaginas si a todo le pusiéramos nombres indígenas, por esa tontería de querer cambiar todo. La gran nación es la que se une en torno a sus costumbres y tradiciones.

–A su edad ¿qué Caracas observa hoy? ¿Es más alocada, más hermosa, menos regida por reglas y usos sociales?
–Es más alocada y desorganizada. Bueno recordar a los cronistas cuando decían que Caracas es una ciudad para comer, pasear, dormir y soñar. Eso lo puedes hacer todavía, pero si se te ocurre hacerlo de noche, seguro que apareces muerta.

–¿Qué se conserva hoy de la Caracas de los años 40 cuando usted era un patiquín?
–El humorismo. La mamadera de gallo. Eso todavía lo tenemos los caraqueños, que de cualquier cosa sacamos un chiste. Si por curiosidad buscamos los periódicos de la época como Fantoches verás chistes de primera magnitud. Los caraqueños hemos perdido todo, menos el humor.

–¿Sobreviven algunos vocablos o expresiones juveniles de la época o todo eso sucumbió al "chamo" o "marico" de los jóvenes de hoy?
–Uno de los problemas de esta ciudad es que ha surgido un nuevo idioma. Eso no existía antes. Antes se era respetuoso. Recuerdo cuando el atentado a Betancourt, que él creía que había sido Trujillo y lo denunció a la OEA y siempre dijo que el confiaba en la OEA. Un periodista extranjero preguntó: "¿Y usted cree que la OEA le hará caso?", y Betancourt le dijo "Claro que sí, porque los venezolanos somos eneas", a lo que el otro repreguntó "¿Y qué es eneas?" "Que somos los más bravos de Latinoamérica".

–Si no había problemas como la inseguridad ni el tráfico en las calles ¿qué preocupaba entonces a los caraqueños de esa época?
–A los caraqueños le preocupaba mucho, que cuando Gómez no se podía hablar. Se decía que las paredes tenían oído. Y era verdad. Las paredes tenían oídos. Eso marcó toda la época de Gómez. Cuando llegó López Contreras todo el mundo decía lo que le daba la gana. Ahora hay algo de eso, pero menos mal que no son tan férreos como Mussolini ni Hitler. Lo que me asombra ahora en el periodismo son las mujeres. Aquí las mujeres periodistas son aguerridas. A pesar de que no hallan noticias del gobierno, ellas consiguen de todo. ¿Cómo lo hacen? Porque son muy buenas en su oficio. Eso me asombra. En mi época los que se destacaban eran los hombres. Hoy las periodistas parecen corresponsales de guerra.

–¿Qué representaban para su época las plazas de Caracas, que hoy vergonzosamente son sitios de pernocta de malandros e indigentes?
–Eso es verdad. Antes, en las plazas uno se reunía a discutir sobre las noticias que sucedían el día anterior; se citaban las parejas; se conversaba sabroso. Era un sitio de convivencia, tanto de ricos como pobres. Y casi siempre las noticias salían de las plazas. Se decía "eso es noticia porque se dijo en la Plaza Bolívar". Cuando uno llegaba a la redacción, lo primero que el jefe preguntaba era que se decía en la Plaza Bolívar. Pero eso ha quedado en segundo plano, es lamentable. Ahora, tú le preguntas a un caraqueño y no sabe cuántas plazas tiene la ciudad.

–Usted nació en la parroquia San Juan y para aquellos tiempos decir que era sanjuanero le otorgaba un tono de admiración. ¿Qué tenía San Juan que lo hacía un lugar especial en Caracas?
–Los sanjuaneros éramos los guapos de la época, diferente a los pastoreños que era el lugar de las mujeres bellas. Todas las reinas venían de La Pastora. A San Juan se venía a pelear a cabezazo limpio. Por eso le decían los guapos, los tiradores de cabeza. Tú sabes, como un toro cuando embiste. Golpeabas al otro de un cabezazo y ahí lo dejabas tirado en el suelo. Yo di muchos cabezazos... claro, pero también recibí otros tantos.

–¿Qué representa para usted el mausoleo que este Gobierno le construyó al Libertador?
–Chica, yo no había visto algo de tan de mal gusto e impropio. ¿Qué es eso de sacar a Bolívar para llevarlo a un mausoleo? Es como sacar a Napoleón de dónde está para llevarlo a un sitio diferente, los franceses pondrían el grito en el cielo. Con tantos problemas alimentarios, de vivienda e inseguridad, hacer un mausoleo costosísimo. Eso no se entiende. Menos mal que el caraqueño es de un humor fino y ya parece que le han puesto "mausotreto", una suerte de híbrido de mausoleo con mamotreto.

–¿Se identifica con esta versión de Simón Bolívar que el presidente Chávez jura es la "verdadera", y de quien sostiene de paso que fue envenenado?
–El caso de Simón Bolívar se ha estudiado tanto, que insistir en esas tonterías, no es obra sino de un hombre obsesionado. Todo eso es ridículo, pero al mismo tiempo es grave. Creo que el retrato de Bolívar es para llamar la atención y que la gente se olvide de las cosas serias.

–La ciudad está asediada de concreteras, instaladas en las urbanizaciones, para llenarnos de edificios ¿Será cierta la teoría de Farruco Sesto de que en Caracas cabe otra Caracas?
–Eso no es más que una loquetera. Todo se está haciendo sin planificar. ¿En dónde se ha visto una nueva carretera, una nueva autopista, una red de servicios para esa cantidad de habitantes nuevos? Desde que se fue Pérez Jiménez, Caracas sigue igual.

–¿Cuál es esa historia del nudista que usted cuenta y que tocaba a las puertas en las casas de las mujeres solteras?
–Ah, eso fue sensacional. El nudista era un negro que después de las 9 de la noche iba a los barrios de La Pastora y Altagracia y asustaba a las mujeres. Como en aquella época había gente que dormía en la sala, si había una mujer, el hombre se asomaba a la ventana y gritaba "Soy el nudista y mañana te voy hacer gozar". Imagínate el grito que pegaba esa gente. Ahora eso fue sustituido por los asaltantes.

–¿Son más bonitas las caraqueñas de hoy a las de sus tiempos juveniles?
–¡Claro! Las de hoy son únicas. Sobre todo cuando uno ve esas muchachas de 17 años arregladitas. Porque las caraqueñas tienen esa coquetería, sean clase media o trabajadoras. Nunca salen desarregladas. Parecen que salen de sus casas como para un concurso de belleza. Antes no, uno veía las mujeres bonitas sólo en los carnavales.

–¿Qué lugares de Caracas que ayer fueron orgullo de la ciudad, hoy al verlos dan ganas de llorar?
–El Calvario. Ese era un sitio donde los domingos se llenaban de mujeres y tenías una vista panorámica de la ciudad. Era el gran balcón de Caracas. Hasta tenía un zoológico. Me dice que ahora lo vigila la GN y que está acomodado. Pero ni loco me aparezco por ahí. Para ver si me asalta el mono y no es el del zoológico sino un malandro que lo llaman así. Otro sitio era Los Chorros, con esas cataratas. Era el agua más fría de Caracas. Decían que esa agua era para bañar a los locos, de lo fría que era.

–En un artículo usted dijo que seguíamos viviendo los últimos días de una época que comenzó en 1935, cuando murió Juan Vicente Gómez, y que tras 76 años, resucita en Venezuela el continuismo, la presidencia vitalicia y el partido único. ¿Cree que Chávez tenga pretensiones de dictador?
–Todo dictador debe saber para dónde va. Chávez es un sarandajo. Un barco sin brújula. Un día es cristiano, otro día evangélico, al día siguientes es marxista y hasta babalao. Ni si quiera se le puede comparar con Mussolini o Hitler que eran unos dictadores sanguinarios pero serios.

–Y contó que el primer carro que llegó a Caracas fue en 1904 para la primera dama Zoila Rosa Martínez de Castro, esposa de Cipriano Castro. ¿Fue ese el único carro que había en Caracas el que atropelló a José Gregorio Hernández?
–Un momento. Cuando atropellan al doctor José Gregorio Hernández ya había 31 carros en Caracas. Con José Gregorio lo que pasó fue que era un hombre muy distraído, y cuando cruzó la calle, alguien le gritó "¡Por ahí viene un carro volando!", y el hombre miró para arriba.

No hay comentarios:

Publicar un comentario